Por: Manuel Alfonso Durán Lafont

Las creadoras de los personajes Susana y Elvira revelan sus verdaderos colores en una entrevista hecha por estudiantes de la Facultad de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de La Sabana.

Con una cálida sonrisa y un firme apretón de manos, María Fernanda y Marcela, recibieron a los estudiantes de la Universidad de La Sabana. Se encontraban consumiendo un Croissant y un café con leche en el edificio de la Asociación de egresados de la Universidad de los Andes.

Al comenzar la entrevista se notó en su fría, pero al mismo tiempo, tierna mirada, que Marcela era la más tímida entre las dos. Por otro lado, María Fernanda fijaba su mirada en un punto, al mismo tiempo que movía constantemente sus manos de lado a lado para completar una frase.

Con voz firme, Moreno exclamó “espérate, vamos por partes. Comencemos con esta pregunta”, procedió a hablar sobre la evolución de pensamiento que ambas mujeres han tenido con el paso del tiempo, afirmando que las historias que contaban antes eran meramente juveniles y las actuales tienen más enfoque hacia el trabajo y consejos para afrontar la vida sin miedo. Un leve movimiento en su boca, buscaba humectar sus labios con la intención de hablar de nuevo. Momentos después, expresó ser una mujer, que a pesar de amar el silencio, es sumamente vocal, extrovertida y directa, esto se pudo ver reflejado en su juego de miradas con la cámara.

Marcela, por otro lado, es una mujer que admitió en la entrevista ser “bastante tímida, suelo tomar la vida de manera mucho más relajada que María, soy bastante tranquila, cero problemática y mucho más introvertida”. Con la constante reafirmación que Peláez hacía de los comentarios de Moreno, se dio a conocer como una mujer muy poco vocal. Sin embargo, las pequeñas arrugas al lado derecho de su labio y en el rabillo su ojo, delataban la alegre persona que se escondía detrás de su tez blanca, que estaba mezclada con pequeñas manchas de sol alrededor de sus pómulos.

Ambas mujeres se pueden describir como el Ying y el Yang, la una complementa a la otra en personalidad, al igual que en habilidades laborales, haciendo de ellas un excelente equipo de trabajo.

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